Foro presidencial “El Estado que queremos”
Candidatos
dan propuestas educacionales divergentes
Los
candidatos presidenciales no dudaron en debatir sobre sus desacuerdos en
materia de educación. La principal diferencia se presenta en la gratuidad
universal de la educación y si esta debiese ser garantizada como derecho
universal o sólo para personas incapaces de pagar por ella.
Tania
Elizabeth Díaz González
La educación ha sido la gran protagonista de los
movimientos ciudadanos. Por eso, los candidatos presidenciales deben dar
respuestas si quieren ganar votos en las próximas elecciones. La principal
diferencia de sus planes de trabajo está definida por si debería o no ser gratis la educación para alguien que
puede pagarla.
En el foro
“El Estado que queremos”, organizado por la Universidad de Chile, no dudaron en
manifestar sus desacuerdos en educación. Marco Enríquez-Ominami, Tomás
Jocelyn-Holt, Alfredo Sfeir y Andrés Velasco; aunque se definen opositores al
actual Gobierno, no están de acuerdo en cómo enfrentar la crisis que atraviesa
la enseñanza.
Sfeir, del Partido Ecologista, afirmó estar de
acuerdo con una educación gratuita y de alta calidad. Pero enfatizó en la
necesidad de cambiar el enfoque a uno más integral y sustentable. “Debe ser un
momento de transformación, no solo para saber, sino también para el ser. Hoy hay
estudiantes que saben, pero no entienden dónde tienen que estar. Me preocupa
que se le obligue a nuestros niños a ir al kindergarten, sin definir el
contenido del kindergarten”, comentó.
Jocelyn-Holt criticó duramente la propuesta de
Ominami: “Yo no le voy a financiar la educación a una niñita que llega en un
BMW a la facultad de derecho. No es suficiente que la familia de esa niñita
pague impuestos”. Agregó: “Hay problemas que la propuesta de Marco no resuelve.
Por ejemplo lo de la deserción escolar, que hoy es superior al 40%. Tampoco
asume que necesitamos una reforma de capital en el modelo público
universitario”. Holt propuso dar un arancel diferenciado, como los que se hacen
con el agua o la electricidad, para todo quienes estén en el sistema y no sólo
para las personas que tienen beneficios, increpando a Velasco.
Velasco recordó que, aunque cuando fue ministro se
aumentó el gasto público en educación de cinco a once mil millones, los
recursos siempre van a ser escasos. Reiteró estar en contra de educación gratis
para todos: “Creo en la gratuidad para todo joven que viene de una familia que
no pueda pagar. No me parece que una reforma tributaria sea suficiente para que
el Estado deba pagarle la universidad. Porque los ricos no sólo deben pagar sus
impuestos, también deben pagar su educación”. Finalizó declarando que el deseo
de gratuidad respondía a deseo de un sistema universitario más integrado y
menos segregado, pero que la gratuidad no era sinónimo de integración.
Ominami defendió su ideal de gratuidad universal: “Para
mí el hijo de rico no es rico, porque el rico es el papá y debe pagar más
impuestos. La gratuidad no tiene que ver sólo con un acceso económico. Es un
derecho que debe ser garantizado”. Aunque hizo excepciones. “No es para todos.
Va a ser para las universidades estatales, laicas y republicanas. No estoy
pensado en la Universidad Católica”, concluyó.
De los cuatro, tanto Velasco como Holt están en
contra de una educación gratis para todos, mientras Sfeir y Ominami la
defienden con energía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario